
Navegando hacia el título
Las sensaciones de Clara Consentino y Cristóbal Billoch tras consagrarse campeones en el Mundial Cadet
Por Damián Cáceres
De la Redacción de LA NACION
El Yacht Club Argentino (YCA) de Dársena Norte, frente al puerto de Buenos Aires, luce apacible. Yo no es el hervidero de gente y nervios que se vivió durante diez días por el Mundial de clase Cadet, que el lunes pasado coronó a la dupla argentina integrada por la timonel Clara Cosentino y su tripulante Cristóbal Billoch.
Los chicos de 17 años reciben a LA NACION junto a su bote, mientras le efectúan reparaciones. Por caso, tuvieron que hacer algunas modificaciones a Rancio (tal su nombre) para que pudiera ser parte de la flota que compitió en las aguas del Río de la Plata.
"Cuando no me clasifiqué para el Mundial del año pasado en Holanda me quedé con la espina y quería una revancha. Y por suerte se dio", cuenta Clara. Y Cristóbal añade: "Nos decidimos a navegar juntos en mayo del año pasado. Una tarde estaba aburrido ante la computadora y por chat [Clara] me propuso hacerlo juntos. Poco a poco se fue tornando serio y fue como que no nos dimos cuenta".
-¿Cómo fue el entrenamiento?
-Se dividió en tres partes. Previamente al Mundial planteamos los objetivos y se trabajó en lo táctico, lo psicológico y lo técnico. En lo táctico, se trabajó en las fallas que teníamos en las regatas, para mejorar y no cometer esos errores durante el Mundial. En lo psicológico, en cómo controlar las emociones y los nervios durante la competencia. Y en lo técnico, que es todo lo físico dentro del barco como, por ejemplo, maniobras, movimientos y la coordinación entre ambos (Cosentino).
-¿Cómo se repartieron las responsabilidades?
-En nuestro caso, se repartieron casi por partes iguales. Como somos grandes y ambos sabemos navegar, hacemos todo juntos. Las decisiones estratégicas las tomábamos entre los dos (Cosentino).
-Para mí eso fue un pro porque mientras otros optan por un tripulante chiquito (en peso y en edad), nosotros apostamos a navegar juntos, a pesar de que ambos tenemos 17 años. Por ejemplo, las decisiones no se discuten y las toma sólo el timonel.
Se cambia el peso por la madurez. Además, es mucho más divertido salir con un amigo. Eso nos ayudó mucho. Había momentos en que no parábamos de reírnos. Mientras los demás se la pasaban gritando, nosotros disfrutábamos. Igualmente, el timonel es el que tiene la última palabra? lamentablemente (Billoch, entre risas).
-Cuando dejaron la punta en la 7 a regata, ¿pensaron que se les escapaba?
-No, para nada. Lo bueno es que fuimos los más consistentes. Todos nuestros puestos estuvieron entre el 5o y el 1e_SDgr, restando las dos regatas de descarte. Los demás fueron más irregulares. En la última jornada, los australianos [Bailey] venían 2os y no podían equivocarse más porque tenían un descalificado y un mal puesto que estaban descartando. Entonces, no se podían dar el lujo de hacer una mala regata porque sumaban puntos [en el yachting gana el que menos puntos acumula].
En cambio, nosotros llegamos con la chance de hacer un descarte más y eso nos permitió encarar más tranquilos el último día. En la primera regata del lunes quedamos 6os y cuando volvíamos le hice señas a Agustín [Zucati, el coach]. Le puse cara de no porque los teníamos re cerca y nos obligaba a hacer una excelente última regata. Pero cuando me dijo que se habían pasado y quedado descalificados, fue una felicidad enorme. ¡Ya éramos campeones! (Cosentino).
-Fue muy lindo. Nos tiramos al agua. Tumbamos el barco y festejamos mucho. Logramos el objetivo (Billoch).
Clara cuenta una anécdota que los define como navegantes pero, sobre todo, como amigos. Una mezcla que lograron a pesar de las diferencias: "El último día, durante la 1a regata, cuando se definía el Mundial, derivamos la primer boya, estábamos por llegar y yo estaba súper concentrada. Y así y todo, Tobal me hizo una broma para distenderme. Así fue en todas las regatas".
Un título y el mismo reclamo de siempre
A pesar del título y de su corta edad, Cosentino y Billoch, con madurez, analizan el presente del yachting argentino y la falta de apoyo. "El yachting es la disciplina que más medallas le dio a la Argentina (8) y no le dan importancia", dice Clara. "Se hace muy complicado así. No hay sponsors. Los sponsors son los padres", apunta Cristóbal.
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